
Continuamos con la serie sobre «tratamiento anti ronquido» que si funcionan.
Dispositivos de avance mandibular
Los dispositivos de avance mandibular (DAM) son férulas que se colocan en la boca, ancladas a los dientes superiores e inferiores, y que avanzan ligeramente la mandíbula durante el sueño. Este movimiento hacia adelante desplaza también la base de la lengua y los tejidos blandos, aumentando el espacio en la vía aérea superior en sentido anteroposterior y reduce la resistencia al paso del aire.
Este tipo de tratamiento ha demostrado eficacia en la reducción del ronquido y de las apneas leves, y está especialmente indicado en personas con ronquido simple o apnea del sueño leve, que cumplan ciertos criterios anatómicos y funcionales.
Es fundamental que estos dispositivos sean prescritos, confeccionados a medida y ajustados por un profesional cualificado, habitualmente un odontólogo con formación específica en medicina dental del sueño. Su uso inadecuado, especialmente si se adquieren versiones genéricas no personalizadas, puede provocar efectos secundarios como molestias dentales, problemas de oclusión o alteraciones en la articulación temporomandibular.
Cuando están bien indicados y controlados, los dispositivos de avance mandibular pueden ser una alternativa cómoda y eficaz, especialmente en pacientes que no toleran otros tratamientos como el CPAP.
Dormir de lado: tratamiento posicional
El tratamiento posicional de la apnea del sueño se basa en una observación clínica sencilla pero eficaz: en muchas personas, dormir boca arriba aumenta el número de ronquidos y de apneas, mientras que dormir de lado puede reducir significativamente estos eventos.
Este enfoque no es universal. Para saber si una apnea es posicionalmente dependiente, es imprescindible realizar un estudio del sueño que registre la posición corporal durante la noche. En determinados pacientes, el número de apneas puede ser claramente mayor al dormir en decúbito supino, y es precisamente en estos casos donde el tratamiento posicional cobra mayor relevancia.
Tradicionalmente, se han utilizado métodos caseros o dispositivos rudimentarios que impedían dormir boca arriba (como una mochila o una pelota de tenis en la espalda). Sin embargo, en los últimos años han surgido dispositivos más sofisticados, incluso electrónicos, que detectan la posición y emiten suaves vibraciones para fomentar que la persona duerma de lado, mejorando notablemente la tolerancia al tratamiento.
En pacientes seleccionados, especialmente aquellos con apnea leve o posicionalmente dependiente, dormir de lado puede ser una estrategia sencilla, no invasiva y eficaz.
Terapia miofuncional: reeducar la musculatura orofacial
La terapia miofuncional consiste en una serie de ejercicios dirigidos a fortalecer y reeducar la musculatura orofacial, en particular los músculos de la lengua, los labios, el paladar blando y la faringe. Su objetivo es mejorar el tono muscular y la coordinación de estas estructuras, que son clave para mantener la vía aérea superior abierta durante el sueño. Distintos estudios han demostrado que esta terapia puede reducir la intensidad del ronquido y el índice de apneas, especialmente en casos leves o como complemento de otros tratamientos. Aunque requiere constancia y supervisión profesional, puede ser una herramienta útil y no invasiva, particularmente en pacientes que no toleran dispositivos como el CPAP o que han sido intervenidos quirúrgicamente. Su efectividad aumenta cuando se realiza de forma individualizada y guiada por logopedas o fisioterapeutas con experiencia en medicina del sueño.
Tratamientos futuros: ¿qué viene en camino?
La investigación en apnea del sueño no se detiene, y en los últimos años han surgido nuevas líneas terapéuticas prometedoras, tanto en el ámbito de los dispositivos como en el de los fármacos.
Por un lado, existen dispositivos implantables electrónicos que estimulan de forma cíclica la musculatura dilatadora de la vía aérea superior, especialmente el nervio hipogloso. Estos dispositivos funcionan de manera sincronizada con el ciclo respiratorio del paciente y buscan prevenir el colapso faríngeo durante el sueño. Aunque su uso actualmente es limitado, por su coste elevado y por estar indicado en casos muy seleccionados, podrían convertirse en una opción real en el futuro si su eficacia y seguridad se consolidan en estudios a largo plazo.
Por otro lado, se están desarrollando fármacos dirigidos a distintos mecanismos fisiopatológicos de la apnea del sueño, como la inestabilidad ventilatoria, la baja respuesta muscular o el umbral de excitación alterado. Algunos de estos compuestos están mostrando resultados prometedores en ensayos clínicos, aunque todavía están lejos de una aplicación generalizada. Es probable que, en el futuro, contemos con medicamentos específicos para subgrupos de pacientes, de forma personalizada y combinada con otras terapias.
La apnea del sueño es una enfermedad compleja y multifactorial, por lo que es muy probable que el futuro del tratamiento sea individualizado y multidisciplinar, combinando opciones tradicionales con nuevas herramientas basadas en la genética, la fisiología y la respuesta al tratamiento.
Combinación de tratamientos: un enfoque integral
En muchos casos, los tratamientos para el ronquido y la apnea del sueño no son excluyentes, sino que pueden —y a menudo deben— combinarse para maximizar su eficacia. La elección de una estrategia terapéutica única no siempre es suficiente, especialmente en pacientes con varios factores contribuyentes o con síntomas persistentes pese a un tratamiento inicial.
Por ejemplo, un dispositivo de avance mandibular puede utilizarse de forma complementaria a ciertas cirugías de la vía aérea superior, como parte de un enfoque progresivo o cuando se busca optimizar el resultado funcional tras una intervención. La pérdida de peso, por su parte, es un componente que debe integrarse en prácticamente cualquier plan terapéutico, ya que mejora la eficacia del resto de intervenciones y contribuye directamente a la reducción del ronquido y las apneas.
El enfoque más eficaz es aquel que tiene en cuenta las características individuales del paciente, el tipo y la gravedad del trastorno, y la tolerancia a los distintos tratamientos. La combinación bien planificada de herramientas terapéuticas ofrece mejores resultados que la aplicación aislada de una sola medida.
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El ronquido y la apnea del sueño son problemas frecuentes, complejos y multifactoriales. A día de hoy, no existe una solución universal, pero sí contamos con múltiples herramientas terapéuticas con eficacia demostrada, tanto médicas como quirúrgicas, posicionales, mecánicas o incluso farmacológicas en desarrollo.
Cada paciente es distinto, y el éxito del tratamiento depende en gran medida de una evaluación individualizada, que permita adaptar las opciones disponibles a las características anatómicas, funcionales y clínicas de cada caso. En muchos pacientes, la combinación de varios enfoques es la clave para lograr resultados significativos y sostenibles.
Ante un problema de ronquido persistente o sospecha de apnea del sueño, consultar con un profesional especializado es el primer paso. Un diagnóstico preciso y un tratamiento bien indicado pueden marcar la diferencia en la calidad del sueño, la salud general y la calidad de vida.
Para saber más:
Sobre las nuevas terapias farmacológicas: Pharmacological treatment for obstructive sleep apnea: A systematic review and meta-analysis. PubMed (en inglés)