
El ronquido es un fenómeno extremadamente común. Se estima que más del 26 % de la población española sufre algún grado de apnea del sueño, lo que implica que el número de personas que roncan es aún mayor. A pesar de ello, no se conoce con precisión cuántos adultos roncan habitualmente, ya que es un síntoma muchas veces infravalorado o no consultado.
Lo que sí sabemos es que el ronquido está influido por múltiples factores: es más frecuente en hombres, aumenta con la edad, con el sobrepeso y con ciertos hábitos como el consumo de alcohol o tabaco.
Podemos imaginar los trastornos respiratorios del sueño de origen obstructivo como una línea continua: en un extremo estaría el ronquido simple, y en el otro, la apnea obstructiva del sueño grave. Entre ambos, existen diferentes grados de severidad, como la apnea leve, moderada o severa. Está claro que las formas más avanzadas suponen un problema de salud importante por sus efectos sobre el sistema cardiovascular, el metabolismo y la función cognitiva. Pero surge una pregunta: ¿qué ocurre con quienes “solo roncan”? ¿Es eso también una enfermedad?
El ronquido simple
Llamamos ronquido simple a aquel que no se asocia a pausas respiratorias (apneas), ni a una fragmentación del sueño, ni a consecuencias clínicas significativas. En estos casos, estrictamente hablando, no estamos ante una enfermedad. Sin embargo, el ronquido puede suponer un problema social y relacional considerable, ya que interfiere en la calidad del sueño de quienes comparten habitación —o incluso casa— con la persona que ronca.
Tradicionalmente menospreciado, ridiculizado o tratado con resignación, el ronquido simple puede acabar generando conflictos de pareja, aislamiento o dificultades en la vida diaria. Por eso, aunque no siempre sea necesario desde el punto de vista médico, el tratamiento del ronquido puede ser clave para mejorar la calidad de vida de la persona y de su entorno cercano.
Roncar no siempre es un simple “mal hábito”. Si el ronquido es intenso, frecuente, o si se acompaña de sensación de mal descanso, somnolencia durante el día o cualquier otro síntoma relacionado con el sueño, conviene consultar con un especialista. En muchos casos, un estudio del sueño sencillo y no invasivo puede ayudar a descartar o confirmar la presencia de un trastorno respiratorio del sueño y orientar el tratamiento adecuado.
Para saber más:
Artículo (en inglés) sobre el ronquido simple y las implicaciones clínicas que puede tener: